lunes, 7 de diciembre de 2009

La política del gobierno canario con respecto al cambio climático es nula y vacía

El portavoz federal de Los Verdes de Canarias, Arturo Méndez Llorens, comenta que diciembre de 2009 será recordado como el mes en que la humanidad se estaba jugando cosas muy importantes (y hasta decisivas), aunque todavía siga habiendo mucha gente (de a pie y gobernantes) que no se hayan enterado ó les convenga no darse por enterados. En la capital danesa los líderes de todo el mundo tienen que dar a luz un nuevo acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto y que muestre de una vez por toda la voluntad política necesaria para poner freno al cambio climático.

No soy alarmista, asegura el portavoz ecologista de Los Verdes, porque las alarmas hay que justificarlas muy bien, y casi nunca se hace. Pero Copenhague puede ser una última oportunidad. Hay que ser serio en las cosas serias. La evidencia científica nos confirma que los impactos del cambio climático ya están siendo enormes y hay muy poco tiempo para actuar si queremos reducir las emisiones de CO2. Aún peor, el planeta podría estar acercándose a un punto de inflexión más allá del cual sufriría una transformación n que ya no será posible invertir.

La cumbre de Copenhague, sigue aclarando Arturo Méndez, tendrá lugar mientras el mundo fija su atención todavía en la crisis financiera. Pero tanto ésta como la climática tienen una causa común: vivir por encima de nuestras posibilidades. Y la buena noticia es que las medidas necesarias para afrontar los problemas del clima son también clave para la recuperación económica y la sostenibilidad a largo plazo. Estamos ante una inmejorable, y urgente, oportunidad para reconocerlo y sentar las bases para crear un mundo más limpio, más verde y más sostenible. Un mundo con futuro para nosotros mismos y por supuesto para nuestros descendientes.

En Canarias, especialmente, resulta alucinante que la Comunidad con mejores condiciones para desarrollar las fuentes renovables tenga una prioridad tan baja. Actualmente tenemos un modelo de movilidad insostenible, con un peso sobredimensionado del coche privado en detrimento del transporte público, con consecuencias en ocupación del territorio, así como una elevada y peligrosa contaminación.

A ello se suma la cada vez y más preocupante, una nula voluntad del Gobierno de Canarias y sus continuos “errores” en los concursos eólicos. Todo apunta a que el actual va a suponer un cúmulo de recursos. Además, el Ejecutivo no desarrolla ni el Pecan ni la Estrategia Canaria contra el Cambio Climático, a las que sólo utiliza como reclamo propagandístico.

Después de tantos años de lucha, concluye el representante Federal de Los Verdes, Arturo Méndez Llorens, de tanta gente, contra el cambio climático, no podemos aceptar un mal acuerdo en Copenhague. Lo que se pide es un acuerdo ambicioso, justo y vinculante. Ambicioso porque ya no hay tiempo para permitirnos objetivos de reducción de emisiones mediocres. Justo, porque las naciones que más han contribuido al cambio climático en las últimas décadas deben asumir su obligación de ayudar a los países en desarrollo a combatir sus consecuencias. Vinculante, porque si no hay obligaciones y consecuencias para los incumplimientos de los compromisos nos arriesgamos a un nuevo fracaso de la voluntad política. En Copenhague debe haber compromisos claros de reducción global de emisiones, que en caso de los países más industrializados deben ser como mínimo de un 40 % para 2020 respecto a los niveles de 1990; financiación de al menos 160.000 millones de dólares anuales para que los países en desarrollo puedan poner en marcha acciones de mitigación y adaptación más allá de sus posibilidades actuales y acuerdos para reducir drásticamente las emisiones procedentes de la destrucción de los bosques.

De todos y todas depende que los líderes del mundo sientan en Copenhague que los estamos mirando. Para ello, por ejemplo, podemos contribuir uniéndonos a las campañas nacionales e internacionales promovidas por tantas Organizaciones No Gubernamentales tales como Votar por el planeta ( WWF ) y hacer saber al Presidente Rodríguez Zapatero que queremos que defienda un acuerdo sólido contra el cambio climático.

España además, ostentará durante el primer semestre de 2010 la presidencia Europea y, si ha habido compromisos concretos en Copenhague, en esos meses tendrá un papel crucial que jugar para abordarlos.

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