martes, 26 de abril de 2011

ES EL MOMENTO DE LOS COMPROMISOS

Francisco Rodríguez Pulido, miembro de Los Verdes de Canarias y candidato al Parlamento por NUEVA CANARIAS a La Palma


Toni Judt, un historiador británico que luchó contra los inconformismos y contra una enfermedad, la esclerosis lateral amiotrófica que le llevó a la muerte hace menos de un año, decía en uno de sus últimos libros, Algo va mal, que hay algo erróneo en la forma que vivimos, ilusionados por un crecimiento infinito y despreciando el sector público. En el mismo libro, Judt nos anima al desafío de oponernos a los males de nuestra sociedad y a afrontar nuestra responsabilidad sobre el mundo que vivimos. Afirma Judt que el alejamiento ciudadano de la política no puede ser la respuesta ante la degradación en la gestión de lo público. Entiende además que ese alejamiento de las personas más concienciadas de la importancia de la defensa del bien común deja el espacio libre cada vez más ocupado por el poder corporativo.

La lectura de Judt y las ideas que sustentan sus análisis han sido la motivación principal que he encontrado para enfrentarme nuevamente a una cita electoral. Convencido de la fortaleza de la política y, sobre todo, de la ecología política, he dedicado gran parte de mi vida pública al desarrollo de las ideas del pensamiento verde. Junto a los argumentos de Judt encuentro otros, los de la activista antinuclear austriaca, Freda Meissner-Blau, que lle llevaron a dedicarse a la política. Decía Meissner-Blau que el único modo de provocar el cambio es amenazarles a ellos en su poder. Entonces se vuelve insegura su posición, porque es la única manera en que podemos forzarles a cambiar, o parar lo que están haciendo, y es mediante la fuerza de la gente.

Indudablemente, la democracia no son sólo las elecciones cada cuatro años. En las elecciones es cuando más inseguros se encuentran los que llevan años detentando el poder y manejando los dineros públicos a su antojo. Ente elecciones se creen seguros y “dueños” del supuesto aval que le dan los resultados electorales. Por ello, los ciudadanos más concienciados sabemos que nunca podemos bajar la guardia. Nunca podemos dar un paso atrás. Y por ello, nos movilizamos, nos enfrentamos y nos asociamos para responder a su manera farisea y filibustera de entender la política y las decisiones en torno a lo público.

Podemos y debemos enfrentarnos donde más les duele. Es el momento de dar un paso adelante. El momento de los compromisos, más allá de las palabras, las retóricas y las quejas. Pero sobre todo, en Canarias, es el momento de la democracia, de demostrar que las islas no pueden ser gobernadas por una minoría que cierra las puertas a la participación a más de 150.000 canarios por un injusto y antidemocrático sistema electoral. Es por ello que me he unido a un proyecto de coalición electoral nucleada en torno a Nueva Canarias donde también participamos Los Verdes de Canarias. Reconociendo la pluralidad y la diversidad de las nueve organizaciones que conforman dicha coalición, hay un elemento común que nos une, la entrada en el Parlamento canario para cambiar este anacrónico sistema electoral.

Es el momento porque Canarias necesita un cambio. Porque Canarias no puede seguir por más tiempo sometido a los dictados de una élite político-empresarial que nos está conduciendo hacia cotas de insostenibilidad económica y social, sin capacidad para dar respuesta a las necesidades prioritarias de la ciudadanía, el empleo y una vida digna. Ante ello, se unen mucho retos, y no sólo cambiar el sistema electoral. Como dice el economista chileno, Manfred Max-Neef hay que cambiar casi todo. Tenemos las bases para saber lo que no debemos hacer. El poder, desde las instancias comunitarias hasta nuestras islas, saben que el modelo económico no funciona. La crisis que tanto se nombra es sólo la manifestación de un modelo que no funciona, basado en conceptos donde el crecimiento económico es imposible. Por ello, el presidente Paulino Rivero cuando anuncia que Canarias remontará antes la crisis porque tendremos un creciente número de turistas miente. Ya no podemos evaluar el desarrollo económico en términos de cifras que requieren crecimientos exponenciales imposibles.

Saben, por tanto, que el modelo económico no funciona. En Canarias aún menos, por la propia debilidad de una economía enormemente dependiente. Porque como dice Max-Neef, cuando aún se habla de la actual crisis, la próxima ya viene, y ésta será mucho más fuerte que la actual, porque para entonces no habrá dinero suficiente.

Es el momento, de la democracia en Canarias, pero también es el momento de cambiar nuestro modelo económico, de reorientar nuestra realidad. Es el momento, sin duda, para el desarrollo y el progreso económico, pero sabiendo que no habrá desarrollo ni economía que funcione sin tener en cuenta los ecosistemas. Es el momento, además, para que La Palma lidere la transformación económica hacia parámetros de sostenibilidad. Para ello es necesario reforzar lo local y la defensa de la identidad nacional y cultural. Potenciar valores diferentes y estratégicos como la proximidad, la localización de la economía, modelos territoriales a escala humana, islas realmente adaptadas a las capacidades de carga a partir de nuevos indicadores socioambientales. Necesitamos una producción de calidad ambiental y cultural, un comercio socialmente responsable, la extensión de los derechos colectivos, la prioridad de crear trabajo, más allá de la idea de ocupación, garantizando que el origen, la distancia, el transporte, la cantidad o el proceso que conlleva ese trabajo cumplan con los requisitos ecológicos y sociales.



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